Seguro que si tuvieras que recordar un anuncio de todos los que has visto a lo largo de tu vida, el primero que se te vendría a la cabeza sería uno que te provocó alguna emoción, ya sea la risa, el amor, la ilusión o la tristeza.
‘Un recuerdo asociado a una información cargada emocionalmente permanece grabado en el cerebro’. Esta frase del escritor Jill Neimar explica por qué en los últimos tiempos las empresas han utilizado con mayor frecuencia este tipo de publicidad. Estos spots pretenden llegar a las emociones del usuario, consiguiendo así que se identifique de manera instantánea con la marca (publicidad emocional).
La situación económica actual hace que las empresas evolucionen hasta este tipo de publicidad, que se preocupa en:
– Transmitir las ideas que nos preocupan
– Criticar aquello que nos disgusta
– Reflejar lo que se considera injusto
Campañas con niños o con personas en difícil situación son dos de las más utilizados por las empresas para llevar a cabo este tipo de publicidad, que pretende llegar directamente a la emotividad de los receptores.
En la actualidad destaca todo lo que se relaciona con la situación de incertidumbre y con la persecución de una mejora del mundo en el que vivimos, a través de la lucha constante y la ayuda mutua.
Un buen ejemplo es el anuncio de esta aseguradora tailandesa, que nos anima a realizar buenas acciones con esta emocionante historia.