Me considero una persona joven (28 años). Pero ya me voy aproximando a esa edad mental y física que me hace decir comentarios como “los niños de hoy en día no saben divertirse como cuando yo era pequeña… ahora sólo saben usar móviles y tablets”. Me siento como la abuela cebolleta pese a formar parte de la generación de los millenials. Crecí en pleno boom de la tecnología, en el boom de internet. Pero los niños/adolescentes de ahora, no han crecido en ese boom: han nacido con la tecnología ya completamente instalada en nuestras vidas. Para ellos, los smartphones, los ordenadores y las tablets son herramientas habituales de su día a día. El hecho de que ya apenas jueguen con los juguetes que nosotros consideramos convencionales, ¿les hace ser menos niños? ¿O, simplemente, la vida ha evolucionado y la manera de jugar ha cambiado? El debate está abierto. Desde mi punto de vista, la vida ha cambiado (aún no tengo del todo claro si ha evolucionado… sé que se ha transformado). Y algo a lo que nos enfrentamos es que la comunicación ya no es como la conocíamos hasta ahora.
Los niños de hoy, que serán los niños del mañana, tienen la opción de elegir qué quieren ver, qué quieren escuchar, a quién quieren seguir. Son la llamada Generación Z. Si pueden hacer su propia programación en YouTube, ¿por qué van a ver la televisión donde les imponen la programación y, además, le hacen ver interminables anuncios? Su manera de usar las redes sociales también es distinta a la nuestra. Ellos no están en Facebook: ahí están sus padres. Ellos utilizan Instagram, YouTube y Tumblr.
Los especialistas en marketing y los sociólogos tienen un largo camino por delante para comprender esta nueva tendencia. Tienen que averiguar cómo llegar a una generación que no se deja convencer tan fácilmente, que ha visto cómo los títulos universitarios y la preparación no han salvado a sus padres y sus hermanos mayores de la crisis. Han cambiado los hábitos de consumo, han creado nuevos líderes de opinión. Son el futuro, los que crearán las nuevas empresas, los que buscan alternativas a aquello que no les gusta, los que elegirán a nuestros políticos. Tienen en sus manos una gran labor. Y ahora toca estudiarles. Como decía antes, son el futuro. Pero qué razón tenía mi madre: el futuro llega mucho antes de lo que piensas. El futuro es ahora. Pero a los millenials, aún nos queda para rato 😉