Desde redes de índole personal como Facebook o Google+ hasta redes orientadas a los profesionales como Linkedin, pasando por aquellas que nos permiten compartir contenido multimedia como Pinterest, Flickr, Vimeo o Youtube. Redes como Twitter que permiten conocer en tiempo real lo que está pasando en el mundo o redes con las que puntuamos los sitios que visitamos como en Foursquare, sin olvidarnos de nuestro conocido «correo electrónico» y herramientas para desarrollar campañas como Mailchimp. Y por supuesto el centro neurálgico de todo este flujo de información, el blog corporativo, que es el repositorio de información de valor desde el que publicar esos mensajes de marca que serán compartidos en las distintas redes. Y en última instancia la web, donde presentar el objeto de negocio y las competencias.