Corren tiempos revueltos, donde la economía no levanta cabeza y todo gira en torno a la crisis, este escenario afecta a todos los sectores y la publicidad es uno de los grandes perjudicados. Siempre considerada el patito feo de las partidas presupuestarias, el gasto prescindible, es la primera en ser recortada y en algunos casos suprimida.
Las empresas con dicha filosofía están cometiendo dos errores; el primero considerar gasto lo que deber considerarse una inversión, y el segundo suprimir dicha inversión.
Ambos errores van de la mano, pues si no inviertes en publicidad tu empresa desaparece a los ojos del consumidor y si no te ven es como si no existieses por lo que tus ventas se verán perjudicadas, por muy conocido que sea tu producto, y de nada servirá que luego quieras subsanarlo con una gran inversión en una campaña puntual, pues lo sensato en comunicación es la regularidad.
«SI NO ESTÁS NO TE VEN Y POR LO TANTO NO EXISTES»
Además hay que tomar la crisis como una oportunidad para el marketing, pues cuando todos «pitan retirada» el escenario es más propicio para los que se mantienen; la bajada en las tarifas, la menor saturación publicitaria hacen que trazando una buena estrategia y planificando bien nuestra campaña podamos llegar a nuestro público objetivo con un coste menor que antes.
Así que recuerden: una empresa que hoy que se mantiene, siempre estará presente en el recuerdo de los consumidores, y una vez pasada las «vacas flacas» estará bien posicionada en el mercado, mientras que la que no estuvo tiene que partir de cero y buscar un nuevo hueco en el mercado.