En la creencia popular, la publicidad es vista como un gasto. Siempre es el primero que se recorta en períodos difíciles. Pero en realidad la publicidad es una inversión, y en tiempos de crisis es el mejor momento para invertir en ella.
Y te damos algunas razones:
- Consumo racional
En tiempos de crisis, no cesa el consumo, sino que las personas racionan más sus gastos. Eligen con mayor cautela, buscan información sobre el producto. Ahí es donde tiene que aparecer la publicidad, para brindar esa información y acompañar al cliente en el momento difícil, generando a la vez empatía y fidelidad.
- Mantener la competitividad
Cuando una marca se baja del juego, deja el camino libre para que otras se posicionen. Es el “Juego de tronos” del mercado. Donde el Rey será quien batalle con más estrategias y mantenga siempre su mejor puesto. ¿Por qué crees que marcas como Coca-Cola y Adidas nunca dejan de hacer publicidad a pesar de tener tan buena posición?
- La crisis económica es aliada de la publicidad
Las campañas publicitarias realizadas durante períodos de crisis son más efectivas, debido a que se realiza una menor inversión en publicidad por parte de la mayor parte de las empresas. Esto se traduce en que los consumidores expuestos a estas pocas campañas de empresas que sí apuestan por comunicar, perciben más y responden mejor a ellas. Esto es un claro ejemplo de que aunque una campaña suponga una inversión para las empresas en tiempos de inestabilidad económica, éstas van a obtener un mayor impacto que en tiempos que carecen de crisis como la que actualmente estamos presenciando.
- Crisis también es oportunidad
Los tiempos de crisis pueden ser oportunidades para las empresas. Crecer en tiempos difíciles las hará más resistentes a los embates futuros.
Las compañías que logran esto, son aquellas que saben manejar los recursos económicos escasos, con estrategia y creatividad, encauzándolos en alternativas rentables de marketing. AN Publicidad estamos aquí para asesorarte y ayudarte a empezar o a seguir invirtiendo en publicidad, y que la manecilla del reloj siga moviéndose.